PRESENTACIÓN

Este blog pertenece al Plan de Formación del GRUPO 4 ALDEAS del Colegio Público Rural "Blas Infante" de Gaena, El Nacimiento, Llanos de don Juan y Zambra (Córdoba) España

Su objetivo fundamental es animar a leer a nuestro alumnado y a quienes otros se asomen a él, provocarles el hambre de leer, conseguir que devoren más y más libros, favorecer una buena digestión y contribuir a que se nutran de buenos y valiosos alimentos culturales y espirituales eligiendo y prefiriendo las "delicatessem" editoriales más que comida basura libresca.

jueves, 8 de diciembre de 2011

"LA NACENCIA"

Extremadura es una tierra muy cercana a Andalucía tanto geográfica como culturalmente. Lo que sigue a continuación es un poema genuinamente extremeño, escrito en lo que se llamó "castúo", un dialecto o forma de hablar castellano que no está tan lejano de algunas hablas andaluzas que se perdieron pero que se daban en regiones o comarcas con una marcada identidad cultural. Ahora en casi todos sitios se habla igual o muy parecido, pero hace cincuenta o sesenta años, antes de que la televisión y la radio uniformaran el lenguaje, en cada zona de España se hablaba y pronunciaba de manera particular y las diferencias eran más marcadas de lo que son en la actualidad, lo que podría tener algún inconveniente para la comprensión, pero proporcionaba una riqueza lingüística de la que disfrutaban nuestros abuelos.

El poema se titula "LA NACENCIA" y es obra del poeta LUIS CHAMIZO TRIGUERO (1894-1945), sobre el que podéis aprender quién era picando en su foto:


Aunque al principio este poema parezca difícil de entender, no lo es tanto y emociona si se lee o escucha con atención; retrata el nacimiento en mitad del campo, sin médico ni hospital, del hijo de un labrador pobre que sólo tiene un poco de tierra, una choza y una burra; y desde luego que es un canto a la vida en toda regla, a la naturaleza sabia, a la tierra-casa humana, a la superación y a la fe en Dios... Aquí lo puedéis escuchar recitado en video y a continuación está la letra copiada para leerlo. Espero que os guste.





LA NACENCIA

I

Bruñó los recios nubarrones pardos
la luz del sol que s´agachó en un cerro,
y las artas cogollas de los árboles
d´un coló de naranjas se tiñeron.

A bocanás el aire nos traía
los ruídos d´alla lejos
y el toque d´oración de las campanas
de l´iglesia del pueblo.

Ibamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi mujé mu malita,
suspirando y gimiendo.

Bandás de gorriatos montesinos
volaban, chirrïando por el cielo,
y volaban pal sol qu´en los canchales
daba relumbres d´espejuelos.

Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tamién los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y roändo, roändo, de las sierras
llegaba el dolondón de los cencerros.

¡Qué tarde más bonita!
¡Qu´anochecer más güeno!
¡Qué tarde más alegre
si juéramos contentos!...
- No pué ser más- me ijo- vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y güervete de priesa con l´agüela,
la comadre o el méico -.

Y bajó de la burra poco a poco,
s´arrellenó en el suelo,
juntó las manos y miró p´arriba,
pa los bruñíos nubarrones recios.

¡Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com´un perro,
en metá de la jesa,
una legua del pueblo...
eso no! De la rama
d´arriba d´un guapero,
con sus ojos roendos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
como los ojos de los muertos...
¡No tengo juerzas pa dejagla sola!
¿pero yo de qué sirvo si me queo?

La burra, que rroía los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensará la burra
si es que tienen las burras pensamiento?

Me juí junt´a mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por recordá las oraciones
que m´enseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p´hacé memoria de los rezos...
¿Quién podrá socorregla si me voy?
¿Quién va po la comadre si me queo?

Aturdio del tó gorví los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
qu´otras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirarán tan fijos
los ojos del mochuelo?

No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocanás del aire s´aplacaron,
s´asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, roändo, de las sierras
el dolondón de los cencerros...
¡Daba tanta quietú mucha congoja!
¡Daba yo no sé qué tanto silencio!

M´arrimé más pa ella;
l´abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo...
y a la luz de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.

Yo sentí que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cayó roändo,
y, prendío d´un pelo,
en metá de su frente
se queó reluciendo.
¡Qué bonita y qué güena!
¿quién pudiera sé méico?

Señó, tú que lo sabes
lo mucho que la quiero.
Tú que sabes qu´estamos bien casaos,
Señó, tú qu´eres güeno;
tú que jaces que broten las simientes
qu´echamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni méicos...
¿por qué, Señó, se va morí mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan güeno?...

¡Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¡qué cosas pasarían
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¡no podía por menos!

II

Toito lleno de tierra
le levanté del suelo,
le miré mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ¡mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro...
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¡Qué bonita qu´estaba
llorando y sonriyendo!

Venía clareando;
s´oïan a lo lejos
las risotás de los pastores
y el dolondón de los cencerros.
Besé a la madre y le quité mi hijo;
salí con él corriendo,
y en un regacho d´agua clara
le lavé tó su cuerpo.
Me sentí más honrao,
más cristiano, más güeno,
"bautizando" (*) a mi hijo como el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.

Tié que ser campusino,
tié que ser de los nuestros,
que por algo nació baj´una encina
del camino nuevo.

Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la tié mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de méico.

Asina que nació besó la tierra,
que, agraecía, se pegó a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pegó aquel beso...
¡Qué saben d´estas cosas
los señores aquellos!

Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo Dios un milagro en el camino:
¡no podía por menos!

(*) Habla metafóricamente, no se refiere a un bautizo sacramental sino a la limpieza que hace de su hijo recién nacido..

Y si quieres escuchar más poesías extremeñas, de éste y otros autores, puedes entrar en esta página de Rapsodas de la comarca de la Vera. Un rapsoda es una persona que se entrena en recitar poesías con entonación y expresión dramáticas para darle a cada poema fuerza declamativa y hacerlo más agradable a la escucha del público. Hay incluso una asociación de rapsodas de España. Pica aquí: